Pero al menos he podido visitar Montreal. Sin ser la capital del Quebec, Montreal es la ciudad más grande de la provincia. Situada en una isla en el río San Lorenzo, es una ciudad muy abierta y liberal, como todo Canadá. Por ejemplo, aquí se puede beber desde los 18 años, como es lógico y natural, y no esa barbaridad que hacen los americanos de prohibir la bebida hasta los 21.
Como decía, hemos tenido una tormenta de nieve de esas de época, con más de 30 centímetros acumulados en un día y medio. Llegué a Montreal el domingo a las 21:30, y al levantarme la mañana siguiente, la ciudad estaba así:

Lo sorprendente del tema es que la ciudad no se paraliza por 30cm de nieve, simplemente el tráfico se vuelve loco, pero al día siguiente todo funciona con normalidad. Montreal es una ciudad completamente adaptada al mal tiempo. En el centro, hay toda una ciudad subterránea conectando mediante túneles una manzana con la de al lado, centros comerciales, hoteles, estaciones de tren y de metro, etc. Consultad un mapa aquí si tenéis curiosidad. Realmente se puede recorrer un buen trecho por debajo del nivel del suelo. Hoy me he pasado varias horas paseando por allí, y he estado al menos en seis centros comerciales sin salir al exterior. Aquí tenéis una foto del túnel que comunica la Place Ville-Marie con el Centre Eaton.

La ciudad subterránea de Montreal tiene 32km de túneles, y ocupa un área de 12 kilómetros cuadrados. Es impresionante, de veras. Consultad la entrada de la Wikipedia para más detalles.
En Montreal se habla francés. Me he sentido casi como si estuviera en Francia, con la diferencia de que aquí la mayoría de la gente también habla inglés. Suerte, porque mi francés es penoso. Ha sido una visita corta, tendré que volver con más tiempo, o mejor dicho, con buen tiempo...
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