
Yo viví aquí entre 1991 y 1996, hice mi doctorado en la Universidad de Utah, y el motivo principal de mi viaje era visitar a mi director de tesis, y a otros amigos que aún tengo aquí. Es curioso el efecto que produce volver a una ciudad que conoces bien al cabo de unos años: todo está más o menos igual, pero todo ha cambiado un poquito. Sientes que lo conoces, como si nunca te hubieras ido, pero luego te das cuenta de los pequeños detalles, una tienda que ha cerrado, un edificio nuevo, etc. Pero yo le tengo un cariño especial a Salt Lake, cinco años dan para conocer una ciudad bastante bien y amarla un poquito.
Los mormones hacen que la ciudad sea un poco peculiar. Antes era difícil tomarse un café, dado que los mormones no toman estimulantes. Ahora ya no, han florecido los Starbucks como en todas partes. Pero el gran porcentaje de mormones hace que la oferta de entretenimiento canalla, bares de copas, discos, strip clubs, etc. sea muy pequeña para el tamaño de la ciudad. Los bares donde se sirva alcohol duro (es decir, cualquiera que no sea cerveza) tienen que ser, por ley, clubs privados que sólo admitan a miembros. Lo que ocurre es que cualquiera puede plantarse en la entrada y hacerse miembro por una noche por unos 5 dolares al momento. Un bar de mala nota que frecuentábamos Albert y yo (el Norwood Club) tenía promociones de "Hagase usted miembro por diez centavos". Hecha la ley hecha la trampa, claro. Hoy día todo esto se ve como un pequeño anacronismo que la hace entrañable.
En resumen, es una ciudad estéticamente preciosa, muy verde, y con las montañas al fondo, muy limpia, pero a la vez muy aburrida y muy conservadora, con oferta de entretenimiento limitada, excepto si eres del tipo montañero/excursionista/esquiador, en cuyo caso te lo puedes pasar en grande. La gente es tremendamente amable, y muchos han visitado España o algún país de habla hispana, debido a que los mormones están obligados a ir de misión durante dos años. Sí, sí, son esos chicos vestidos de camisa y corbata que veis por la calle con un libro y una plaquita negra con su nombre en el bolsillo de la camisa. Pero eso también la hace muy internacional. American Express tiene aquí su centro de relaciones internacionales, donde se hablan más de 130 idiomas, casi todos ellos (por no decir todos) por mormones que han ido de misión.
Salt Lake City, un sitio muy peculiar, muy bonito, y sociológicamente muy interesante.
Y por cierto, si te gusta el baloncesto, te hará gracia saber que la calle Segunda Sur ha cambiado de nombre y ahora se llama "Karl Malone Way" :)
2 comentarios:
És molt xula, aquesta foto, xato!
Quin entorn! :-)
Ei, ho sento però aquesta no l'he fet jo, eh? L'he tret de la web. Però l'entorn sí que és espectacular, sí.
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