
Habiendo leído las más de mil páginas del folletín decimonónico, me preguntaba cómo iban a comprimirla en un musical de dos horas y media, pero hacen un trabajo excelente. El escenario tiene una parte circular que gira, y que permite a la compañía cambiar los decorados con suma facilidad, y las escenas se suceden con inusitada velocidad. Los cantantes eran excepcionales, con unas voces preciosas, y realmente me quedé con ganas de más. Igual me acerco a ver algún otro musical antes de volverme a Barcelona.
Recomiendo a cualquiera que quiera ver musicales a mitad de precio, el servicio de TKTS, que ofrece entradas para el mismo día. Tiene dos oficinas, una en Times Square y otra en el puerto. Pero id temprano, que las colas dan miedo.
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